Los Pumas 7s: No me pidas que no vuelva a intentar

El seleccionado dio otro golpe en el seven y sigue haciendo historia. La influencia de Gastón Revol.

Tranquilamente, el campeonato de los Pumas 7s en Hamilton ante Nueva Zelanda puede compararse con los grandes hitos del rugby argentino.

Sacando la victoria más importante de la historia (All Blacks en 2020) lo de los chicos dirigidos por Santiago Gómez Cora está a la altura de las primeras victorias ante las potencias, en los ‘80 y ‘90 y los más recientes batacazos a domicilio ante Sudáfrica (2015) e Inglaterra (2022).


Para los que no sean del rugby, sería como ganarle a un seleccionado NBA, a Brasil en el Maracaná o como un Roland Garros.

Pero más allá de los números, los Pumas 7s tienen un lugar destacado en el deporte argentino por la cultura de trabajo que forjaron, por su humildad y porque no dan una batalla por perdida.

Básicamente, porque sin laburo es imposible ganar en un deporte tan estructurado y en donde el físico suele prevalecer. Ganarle a equipos como Nueva Zelanda o Fiji, que son más fuertes, más potentes y más veloces, requiere de mucho estudio, ensayo y huevo. Mucho huevo.

El festejo en Hamilton. Notese que revol es el único que no tiene medalla…



A los Pumas 7s no les sobra nada. Todos los años tienen bajas (Lauti Bazan eligió jugar en XV para llegar a los Pumas) y el recambio es constante.

La mano y (el ojo) de Gómez Cora se ven en cada detalle. En su decisión de sumar chicos y mantener a varios históricos que siempre responden. Los cordobeses están dentro de este último lote. Gastón Revol, el capitán sin cinta, tiene el corazón del tamaño de una casa; Lucho González, el de mayor evolución física y técnica en los últimos años, es una pieza insustituible, y Germán Schulz, de una fortaleza mental y física envidiable, es un motorcito que jamás claudica.

No son los únicos. Vale mencionar al regresado Alvarez Fourcade, autor de un try a pura convicción y potencia contra los ABs; «Tute» Osadczuk, el capitán en esta etapa que le cedió a «Santi» el lugar para recibir la copa, y Rodrigo Isgró, que recibió el premio al mejor de la final.

“Es espectacular ganar, y hacerlo acá, en Nueva Zelanda, vale el doble. Pero lo más lindo e importante es que éste es el tercer año en el que este equipo se mantiene competitivo. Como lo dijimos el año pasado, el objetivo era confirmar la medalla de bronce de los Juegos Olímpicos de Tokio y no quedarnos con ese hito histórico», dijo Gómez Cora.

Es cierto. Este equipo le juega de igual a igual a todos. El año pasado hasta peleó por el campeonato en el World Rugby Seven Series.

Pero se insiste. No le sobra nada. Hamilton 2023 fue su cuarta corona en el circuito. Había festejado en Los Ángeles 2004, San Diego 2009 y Vancouver 2022.

“Es un título soñado”
Para Revol, más cerca de los 40 que de los 30, este título fue un sueño cumplido. Tiene más de 400 partidos en el Circuito (¡debutó hace 14 años en el seleccionado!) y su legado será eterno.

“Sobran las palabras, porque ganar un torneo con lo difícil que es, y encima hacerlo frente a Nueva Zelanda en el final y en Nueva Zelanda, no hay duda de que es algo soñado”, dijo en tierra kiwi.


Para él primero está el equipo y segundo… el equipo. En Hamilton, al ver que no había medallas para todos, fue cediendo su lugar y si se fijan en las fotos, es el único que no tiene la medalla colgada.

No hay compañero que no destaque su capacidad de entrenarse, de arrancar cada pretemporada pensando en que podría ser la última. Dejando todo.


Verlo jugar siempre fue un placer. De 9, de 10, de 15, de 13… desde que lideraba las infantiles de La Tablada, el “Verde” siempre fue crack. En Córdoba juega como en el patio de su casa.

Hoy es un consagrado. Un referente mundial. Patrimonio de la Unión Cordobesa de Rugby.

Siempre con una sonrisa, siempre dispuesto a charlar, a compartir su experiencia de casi dos décadas en el alto rendimiento.

Crack como pocos, puede pasar de un cinco estrellas en Dubai a remontar un barrilete con su sobrina Valentina en el patio de la escuela.

Sólo él sabe si llega a París 2024. Se lo merece. Este plantel, este entrenador y todo el rugby argentino.