Cuenta la leyenda que cuando el grupo de pibes no se ponía de acuerdo en cómo bautizar a ese club que estaban por crear, don Orgaz (papá de Arturo) les allanó el camino: “Mañana es el Día de la Bandera. ¿Y si le ponen Belgrano?”. Era 1903, todavía faltaban dos años para la fundación oficial, y “el Pirata” y el prócer ya parecían destinados a caminar de la mano.
En pleno año del bicentenario de la bandera argentina, el periodista Mariano Saravia le propuso a la institución que utilizaran una camiseta con el rostro de Manuel Belgrano. Como en principio no hubo acuerdo con los sponsors, el club buscó una alternativa: llevarlo en la cinta de capitán, un hecho cargado de simbolismo que se convirtió en un ritual que se repite hasta hoy.
Así como el 24 de febrero de 2012, en el triunfo 1-0 sobre Unión de Santa Fe, Gastón Turus lució el flamante brazalete, en la actualidad “el Celeste” lleva adelante la iniciativa “Belgrano es Nuestra Bandera”, dentro de su programa de Identidad, en la que se designan los nuevos capitanes de todas las divisiones formativas y se les entregan las cintas con el rostro del héroe de la gesta libertadora.
Saravia, autor de un libro sobre la vida del ilustre patriota, recuerda el momento exacto en que su idea empezó a materializarse. “Me acuerdo de que fue en Alberdi. La cancha estaba llena y me invitaron a que le ponga la cinta a Turus. Fue algo muy emocionante. Varios años después, con el ‘Luifa’ como presidente, me invitaron a dar charlas y surgió de ellos esta actividad de la entrega de cintas que es muy linda”, dice el escritor, docente y conferencista.
Siete meses más tarde de ese 2012, en el aniversario de la Batalla de Tucumán, la situación se destrabó y finalmente la “B” salió dos veces a la cancha con el rostro de Manuel Belgrano en su remera. Como local, el 21 de septiembre, por la fecha 8 del torneo Inicial, en el 1-0 contra Godoy Cruz; y como visitante de Quilmes (1-1), el 28 de ese mes, por la fecha 9. Las casacas, una celeste y otra blanca, lucían además una frase del líder de la Independencia y la fecha del enfrentamiento en tierras tucumanas: “Busco la unión de los americanos y la prosperidad de la Patria. 1812-2012”.
“Belgrano y Manuel Belgrano tienen muchas cosas en común –asegura quien además es especialista en política internacional, historia y derechos humanos-. A los dos le costó siempre todo y, sin embargo, a base de esfuerzo lo lograron. Hay clubes con más presupuesto o con una tradición de juego más bonito. Belgrano es sacrificio. Y Manuel Belgrano era así: un tozudo que se proponía un objetivo y lo cumplía. Cuando lo mandaron al Paraguay, las dos batallas que libró, Paraguarí y Tacuarí, las perdió. Incluso lo juzgaron y lo quisieron meter preso. Y, sin embargo, siguió adelante. En la Batalla de Tucumán, su ejército no tenía más de 2500 hombres y le tocó luchar contra el doble de los realistas. Y, en inferioridad de condiciones, inferioridad numérica, ganó”.
Popular e inclusivo. También eso, dice Saravia, une al Belgrano club con el Belgrano prócer.
“Otra cosa es que Belgrano es pueblo. Y Manuel Belgrano, a diferencia de San Martín, no tenía una formación militar. Él creía en el pueblo en armas. San Martín era como Superman, digamos, un militar de carrera, un genio de la guerra. Belgrano era más como uno: un héroe de carne y hueso, con sus limitaciones, sus miedos y sus errores. Además, en su ejército había mujeres: Juana Azurduy y María Remedios del Valle, por ejemplo. Y esto se relaciona con el fútbol femenino, donde el club es pionero, y con toda la temática de género”, agrega.
-¿Por qué una cinta de capitán puede fortalecer la identidad de un club?
-Una persona tiene un nombre y un rostro. En el caso de un país, tiene un nombre y un color: se llama Argentina y es celeste y blanco. Con un club, lo mismo: se llama Belgrano y es celeste. No hay símbolo de mayor identidad que la bandera. Y estas actividades inciden mucho en los más chicos, pero también en los más grandes: a veces, los jugadores de Primera se emocionan, porque entienden el rol del capitán y dicen: “Yo puedo ser un capitán como Belgrano”.
-¿Y cómo era ese capitán?
-El más sacrificado, el que daba el ejemplo. Mientras combatía en el Paraná contra los realistas, escribió en una carta: “Voy al frente de 1500 desesperados que no creen en nada. Tengo que inventar algo para darles esperanza, para hacerlo creer en algo”. Y se inventó la bandera. Cuando perdió en Vilcapugio, les dejó el caballo a los soldados heridos y se volvió a pie. Ese es el capitán: el que da la cara, el que en un partido traba con la cabeza. El que no se da por vencido: Belgrano hizo lo que hizo con Rivadavia haciéndole la vida imposible.
Por su parte, Pablo Iván, responsable del área Cultura del club, subraya la importancia que esto tiene en el sentido de pertenencia.
“En Belgrano trabajamos fuertemente la identidad, a partir de un programa de acciones que desarrollamos año tras año con toda nuestra comunidad. En tal sentido, se enmarca esta actividad de capitanía, donde la entrega de la cinta de capitán es un disparador para encontrarnos con toda la estructura de juveniles, categorías de femenino y masculino, poniendo en valor nuestra historia, nuestros valores y esencia, y fortaleciendo el sentido de pertenencia con el club. Cada jugador, cada jugadora, pasa varios años de su vida recibiendo una formación integral en nuestra institución, y queremos que ese paso deje una huella; porque además de buenos futbolistas nos interesa formar buenas personas, que se sientan y sean también protagonistas de esta gran construcción colectiva que es Belgrano”, argumenta.
-¿Qué mensaje les queda a los capitanes de Belgrano?
-El de transmitir al resto valores como trabajo en equipo, solidaridad, sentido de pertenencia, humildad, integridad, pasión, protagonismo, que son la esencia de Manuel Belgrano y del Club Atlético Belgrano. En las buenas y en las malas, siempre somos un todo tirando para el mismo lado.
-Ser capitán de Belgrano es…
-Ser capitán no es un beneficio: es responsabilidad y compromiso para con el colectivo por delante de lo individual. En la cinta cada capitán lleva la historia, los valores y el sentimiento de una institución de enorme arraigo popular. Es un orgullo inmenso.
La última camiseta, otro guiño a Manuel Belgrano
El elenco de Juan Cruz Real debutó en la Copa Sudamericana estrenando pilcha. Erreà confeccionó una camiseta que es un tributo a la historia y legado de la Bandera de Macha, diseñada justamente por Manuel Belgrano durante su lucha por la independencia.
“Hay dos banderas. Una: blanca, celeste y blanca, que está en Sucre; y otra, celeste, blanca y celeste, que está en el Museo Histórico Nacional de Buenos Aires. En base a esta última hicieron una camiseta que es verdaderamente preciosa”, cierra Saravia.